Ya pero, ¿es beneficiosa tanta oferta (II)?
Enlazando con lo que decía, una reorientación de las acciones de promoción que ya se están haciendo actualmente (tanto institucionales como corporativas) puede reforzar este sello gastronómico y traducirla en atractivo turístico; como por ejemplo:
2) Vincular la cocina al territorio antes que a cocineros concretos.
El actual esquema de promoción se apoya mucho en las estrellas mediáticas, tanto en los "nuevos" valores (Xavier Pellicer de l'Àbac, Jordi Vilà de l'Alkimia) como en los ya consolidados (Carme Ruscalleda del Sant Pau, Ferràn Adrià del Bulli ... os acordáis de los anuncios del Forum 2004?) y lo veo correcto, ya que como estandartes de este fenómeno aportan valor añadido por si mismas. Es necesario un paso más, sin embargo, para propagarlo y extenderlo hacia la base, evidenciando que sólo representan la punta del iceberg de la actual restauración catalana.
No se trata de una idea nueva, simplemente propongo oficializar un modelo alternativo, consolidado (ya hace tiempo que funciona bien), geográficamente extendido (Consell comarcal del Baix Empordà, Associació de Restauradors del Maresme, agrupación Osona Cuina) y continuo a lo largo del año. Estos colectivos, vinculados a (o directamente nacidos de) la base restauradora existente, promueven iniciativas como monográficos dedicados a productos concretos (bacalao, arroz, guisante) o a las temporadas (cocina de otoño-caza, setas-, calçotades); rutas (la del xató) o incluso actos más populares como alcachofadas, sardinadas, butifarradas, etc (aquí encontrareis más ejemplos), actuando de impulsores activos de la cultura gastronómica. Fomentar este modelo significa priorizar a la región y a su cocina antes que las interpretaciones concretas de un chef en particular.
3) Abarcar la totalidad de la red restauradora, coordinando las actuaciones entre este sector y el turístico.
Bajo estos parámetros, podemos aprovechar nuevas e interesantes características asociadas, como la desestacionalización (prácticamente cada temporada acepta diferentes interpretaciones en clave gastronómica) y deslocalización (la diversidad de nuestra cocina regional nos lo permite) de la oferta turística. Si, además, coordinamos ambos sectores sincronizando las campañas de promoción de acuerdo con las empresas (los restaurantes) que han de responder estas expectativas, garantizamos finalmente una capacidad de absorción óptima (tanto en cobertura como en oferta de plazas).
Sigue.
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