Gente en BCN: Matador "M"

Ver también: La niebla del Vino



Por muy radical y transgresora que se presente, cualquier iniciativa cultural que quiera ser viable y sostenible necesita tarde o temprano financiación. Las normas del mercado definen unas líneas muy claras al respecto y sabemos que productos culturales como el cine, la música, los eventos deportivos, el arte, la producción literaria o las propuestas gastronómicas son mejor negocio cuanto más volumen de gente involucran, lo cual suele implicar evitar extremos, hacerla fácil e inteligible y, en definitiva, adaptarla al gusto del gran público.

Aún así, también encontramos propuestas menos generalistas que, enfocándose a un mercado más concreto, consiguen suficiente masa crítica como para mantenerse y perpetuarse. La estética punk, el cine de arte y ensayo, el rock catalán, el tiro al arco, la cocina del caracol o un género literario como la poesía son buenos ejemplos de propuestas más "minoritarias" que ofrecen como rasgo diferencial su identidad, carácter y personalidad.

El caso "Matador" ilustra el otro extremo. Una inusual revista que publica un sólo número anual, una única y corta tirada de pocos miles de ejemplares que giran entorno de un tema concreto. Nacida el 1995, cerrará su ciclo el año 2022, cuando agote todas las letras del alfabeto con las que denomina sus obras.
Con cerca de 200 páginas de gran formato, fotos preciosistas y colaboradores de excepción, complementa su oferta con una banda sonora, un cuaderno de arte y un vino elaborado por enólogos de prestigio, exclusivo para la ocasión, sin continuidad posterior y que, como la revista, sale con ánimo rompedor y excepcional, fuera de los estándares y normas habituales del mercado.

Anteayer miéroles, en la sede de la revista en el barcelonés barrio del Poble Sec, se ha hecho la presentación de su número de este año, el llamado Matador "M" que, según declaraciones de su director Alberto Anaut dedican por primera y última vez a una ciudad: Barcelona. Un monográfico con visiones tan nuestras como las de Eduardo Mendoza, Ferran Adrià o Leopoldo Pomés, entre otros. El cuaderno de arte lo ha realizado la escultora Cristina Iglesias que aporta igualmente su nombre e imágen al vino de esta edición. Un DO Toro que combina Tempranillo, Garnacha y Touriga nacional, uva de origen portugués que, como hemos tenido ocasión de comprobar, ha maridado muy bien en este cupaje.

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